viernes, 18 de febrero de 2011

¿Es la Ciencia una creencia?


¿Es la Ciencia una creencia, equiparable a la religión? Esta pregunta es más profunda y filosófica de lo que parece, pues, por ejemplo,  ¿cómo sabemos de la existencia de los quarks? Porque nos lo ha dicho la Ciencia. El razonamiento podría ser: sólo nos fiamos de su palabra, ya que no hemos visto ni comprobado nada de los quarks, ergo, es una creencia.
Pero entonces, ¿qué pasa con la existencia de Estados Unidos? No hemos estado nunca allí, no hemos comprobado su existencia, pero sabemos que existe, por las innumerables cosas que hemos oído. Desde luego, nadie duda de que esté ahí. Esto mismo se aplica a la historia, y es lo único a lo que se pueden sujetar los negadores del Holocausto, que siempre he pensado que son los más escépticos del mundo, que, empleando su lógica, dudan de que ahí fuera haya dos Coreas, una China, una Oceanía…. Nos salimos del tema. Si sólo nos fiamos de la palabra de científicos (historiadores, físicos, químicos, psicólogos…), ¿a dónde va el método y el pensamiento científico del que tanto se nos habla? Pues a la Ciencia.
Para saber una cosa, primero se ven unos pequeños hechos, a partir de los cuales se hacen hipótesis, que se van desechando cuantos más hechos se ven, quedando una al final, capaz de describir, de decirnos, la realidad. Cuando se ha revisado todo con una exquisita regla que consiste en intentar destrozar la hipótesis con más fundamentos, ésta se puede aceptar, y puede formar parte del conocimiento científico, llegando por ejemplo a ser una teoría. La pregunta ahora es ¿y los datos, no se pueden falsificar? Y de nuevo, recurrimos al método científico: la revisión por pares. Un hecho visto en un acelerador de partículas europeo se repite en otros estadounidenses, y así, con mucha gente en muchos lugares comprobando una misma cosa, se evita que un fraude o una manipulación duren mucho; la Ciencia se autocorrige a sí misma. Carl Sagan nos lo explicó bien en La Ciencia y sus demonios.

Por lo que no confiamos exclusivamente en una ciencia que nos dice un día “el protón y el neutrón son los á-tomos indivisibles que buscaba Demócrito”, y más adelante “nos equivocamos, teorizamos que en realidad son las cuerdas”, sino en el método que se emplea en ella, que dista mucho de parecerse al religioso, ese en el que conoces a Dios si él te da un golpecito en la cabeza (yo considero que es más probable oír voces en tu cabeza que escuchar a un ente todopoderoso). Además, los científicos no tienen verdades absolutas, y así tratan los divulgadores de transmitírselo al público. Si las tuvieran, el mundo dejaría de ser tal y como lo conocemos, con una religión más llamada Ciencia.


¿La conclusión? La Ciencia es una creencia, pero no en el mismo sentido que la religión; tiene importantes matices. Pero, que conste, este flojo argumento, al que sólo se recurre cuando no hay más para sostener una opinión, no se puede emplear con la evolución ni con la afirmación de que la Tierra gira alrededor del Sol, ya que una está basada en una idea simple que se puede entender viajando un poco y razonando, sin ni quisiera poseer muchos datos, y la otra, se puede comprobar con un telescopio sencillo, al estilo Galileo.


Sí, yo confío en la ciencia, pero sólo porque me encanta su método. Ese es el resumen.

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